En los meses venideros, las altas temperaturas y el intenso calor pueden provocar enfermedades o cuadros graves en las personas más vulnerables, como son los niños. De hecho, el Dr. Carlos Verón, cardiólogo infantil, afirma que los golpes de calor durante las primeras etapas de la vida son más frecuentes que en edades adultas. Preste atención si su hijo presenta la piel roja, caliente y seca, respiración y frecuencia cardíaca aceleradas, dolor de cabeza, vómitos o mareos.

“Jugar y hacer ejercicio al aire libre mejora la salud física y mental de un niño. Sin embargo, un índice de temperatura de 32°C o más representa un riesgo significativo para la salud. En el periodo estival, no solo aumenta el tiempo que pasamos al aire libre, también se incrementan las horas de luz y las temperaturas son más altas. Estas circunstancias pueden provocar que ante un tiempo de exposición al sol y al calor excesivo se produzcan golpes de calor en los más pequeños”, refiere el Dr. Verón.

Además, agrega, “el golpe de calor es un trastorno multisistémico por elevación excesiva de la temperatura corporal. La mayoría de los casos son leves y responden al reposo en un ambiente fresco, y la ingesta de líquidos y alimentos ricos en sal. Los pacientes con manifestaciones neurológicas importantes o inestabilidad cardiocirculatoria pueden requerir un enfriamiento más agresivo y medidas de soporte”.

“En cuanto a la actividad física, durante el verano, los niños se suelen mostrar más activos y realizar más deportes o juegos por lo que en los días de intenso calor es conveniente recurrir a actividades más relajadas para evitar un incremento de la temperatura corporal”, aconseja.

Primeros auxilios. ¿Qué hacer?

Si estamos ante un niño con un golpe de calor, debemos:

• Colocarlo tumbado boca arriba a la sombra, en un sitio fresco y ventilado.
• Aflojar su ropa y quitar las prendas innecesarias.
• Colocar compresas de agua fría (no hielo) en la cabeza, cara, cuello, nuca y pecho.

Prevenir es la clave

- Mirar anticipadamente las temperaturas previstas antes de salir de casa, ya que cuando hará mucho calor (más de 30 grados) lo mejor es evitar salir en las horas centrales del día.

- No olvidar el uso de protector solar adecuado.

- Evitar dejar a los niños solos en el coche, aunque sea poco tiempo. Una subida excesiva de la temperatura corporal puede provocar una insolación e incluso poner en riesgo la vida del menor.

- Es importante estar atento a los síntomas y llamar al pediatra ante alguna señal de alarma.

- Cuando hace mucho calor, optar por la piscina o la playa solo por un tiempo corto. Es mejor quedarse dentro de la casa fresca y trabajar en manualidades o lectura, o jugar juegos de mesa.

- Lo ideal es planificar con anticipación, más aún ante días consecutivos de calor intenso, de modo a anticipar la necesidad de ser creativo y ayudar a los niños a rotar y variar sus actividades.

- La mejor forma de combatir los efectos de un golpe de calor es garantizar que el pequeño cuente con las reservas de agua suficientes para luchar contra las altas temperaturas. No recurrir solo al agua o bebidas isotónicas. Las frutas y verduras frescas contribuyen a reponer las sales y minerales.

Las señales de alarma

Los síntomas del golpe de calor incluyen: temperatura corporal alta, es decir, una temperatura corporal central de 40° C o más, obtenida con un termómetro rectal, es el principal signo de golpe de calor. Estado mental o comportamiento alterado (confusión, agitación, discurso arrastrado, irritabilidad, delirio, convulsiones y coma pueden ser resultado del golpe de calor). Alteración en la sudoración (en el golpe de calor provocado por el clima caliente, la piel se sentirá caliente y seca al tacto, sin embargo, en el golpe de calor provocado por el ejercicio extenuante, la piel puede sentirse seca o ligeramente húmeda). Náuseas y vómitos. Piel enrojecida. Respiración rápida. Frecuencia cardíaca acelerada. Dolor de cabeza.

Nota publicada en la revista Niños & Adolescentes, del IPN.

Revista elaborada por DA Comunicación & Prensa.